Viernes 07 de septiembre de 2018.-

Con el objeto de fortalecer sus aprendizajes en la especialidad en acuicultura, 23 alumnos de tercero y cuarto medio del programa técnico acuícola del Liceo Carmen Rodríguez de Tongoy visitaron el centro de cultivo de peces de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).

La iniciativa se llevó a cabo gracias a la colaboración de distintas entidades, incluyendo el programa PAR-Explora Coquimbo de Conicyt, el Servicio Local de Educación Puerto Cordillera y la piscicultura Río Blanco a través de la PUCV. En ese sentido, la directora del liceo, Perla Araya, señaló que “nos sentimos muy agradecidos por el apoyo mancomunado de todas las organizaciones que han hecho posible que nuestros estudiantes salgan de su localidad a reconocer actividades productivas en otras regiones. Este tipo de instancias son clave para impulsar el desarrollo productivo de Tongoy y romper así con la cadena de la pobreza”.

Por su parte German Olivares, Coordinador de la piscicultura Río Blanco Federico Albert Taupp, manifestó que “es importante que las futuras generaciones conozcan acerca de la acuicultura a pequeña escala y que ésta se pueda desarrollar, puesto que es uno de los grandes desafíos a nivel país. Así también permite a los alumnos visualizar la importancia y facilidad de poder desarrollar esta actividad, donde no se requiere una gran inversión, sino más bien el interés y las ganas de querer hacerlo por parte de los futuros emprendedores”.

En la salida pedagógica cada estudiante desarrolló una guía de trabajo con preguntas de aplicación referente al ciclo biológico de la trucha arcoíris, junto con la descripción del sistema de mantención acuícola, el desarrollo tecnológico, la escala de producción y la aplicación de la normativa vigente.
La docente de la especialidad acuícola, Macarena Contreras, quien acompañó a los alumnos junto al profesor Mauricio Stefanovich, señaló que la experiencia no sólo les permitió fortalecer sus conocimientos, sino que además desarrollar competencias e incentivarlos al desarrollo de investigaciones científicas para presentar en el Congreso Escolar Explora. Agregó que “transversalmente, los niños desarrollaron las habilidades blandas, tan solicitadas por todas las empresas que ofertan sus prácticas. Este ciclo virtuoso se cumple sólo cuando los estudiantes disfrutan de su trabajo, se empoderan de su saber, reconocen sus logros y son resilientes frente a sus errores”.

La actividad adquirió especial sentido para los estudiantes, quienes valoraron el esfuerzo del equipo educativo y de las organizaciones que colaboraron.

“Fue una experiencia inolvidable, aprendí cosas que sabía, pero necesitaba hacerlas para que me quedaran grabadas. Conocí la trucha, lo que era una ova, realicé desoves de reproductores. Fue algo que me marcó, una experiencia que nunca voy a olvidar”, comentó Elisa Martínez.

“Fue una excelente oportunidad para aprender más sobre cosas nuevas que yo no conocía, esto es muy útil para conseguir trabajo una vez que salga de cuarto medio. Quisiera tener más oportunidades como estas para aprender más cosas nuevas”, manifestó Sergio Véliz.